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EL MUSEO DEL BOSQUE
Cuando los primeros humanos se asentaron en
nuestros valles, se encontraron con grandes extensiones de bosque,
formados por robles, fresnos, abedules, hayas….. . Las características
de esta masa forestal probablemente fuesen similares a las de una selva
virgen actual, con árboles milenarios gigantescos, un sotobosque muy
variado, tanto arbustos como plantas, y una gran diversidad de mamíferos
aves y peces. Durante miles de años el hombre se vio obligado a
mantener una dura lucha con la orografía accidentada, la espesura y
frondosidad de un bosque poblado de animales salvajes y la dificultad
de encontrar refugios naturales. No quedan vestigios de las
viviendas de estos primeros pobladores puesto que sus habitáculos
estaban construidos a base de maderas y pieles que se descomponen con
rapidez. Leñas, madera para construir, útiles y herramientas,
armas…., son los primeros usos que los primeros pobladores dieron a la
madera de estos bosques. Durante siglos se mantuvo una relación
equilibrada entre el bosque y los aprovechamientos humanos, hasta que
la llegada de los romanos en busca del oro de estas tierras supuso el
primer gran impacto medioambiental. Sus técnicas de explotación exigían
grandes cantidades de madera y agua, y la consecuencia fue una
desforestación brutal que se alargó más de dos siglos. Como
contrapartida los romanos introdujeron un árbol que con el paso del
tiempo se iba a convertir en representativo de nuestra comarca y
fundamental en la precaria economía campesina hasta la segunda mitad del
s. xx : el castaño.
El abandono definitivo de las explotaciones
auríferas facilitó que en las siguientes centurias la masa forestal de
la comarca se fuera recuperando poco a poco, con el añadido del
castaño que rápidamente se adaptó a este suelo y a esta climatología
formando extensos bosques.
Esta recuperación progresiva se mantiene hasta el
siglo XII .A partir de este momento, se asocian una serie de factores
que vuelven a poner en peligro la supervivencia del bosque.
Por un lado, el aumento demográfico que se
produce en los inicios de la baja edad media trae como consecuencia un
aumento de la demanda de madera para las construcciones
(catedrales, Iglesias, palacios y castillos etc.) y el consiguiente
aumento del consumo de leña. Asimismo el crecimiento de la
cabaña ganadera exige un incremento notable de las tierras dedicadas a
pastos que, generalmente, se consigue a costa de eliminar masa forestal.
Por otro lado, la incipiente industria de
producción de hierro y otros metales exige una ingente cantidad de
madera y , sobre todo ,carbón vegetal hasta tal punto que reyes,
señores feudales y monasterios dictan normas para proteger el arbolado
y reforestar las zonas esquilmadas.
A pesar de estas disposiciones, el
descubrimiento de América acarreó probablemente la mayor
deforestación producida por el hombre hasta ese momento. La
construcción de barcos y la fabricación de contenedores (toneles y
barriles de diferentes tamaños), para el transporte de todo tipo de
mercancías, exigía una ingente cantidad de madera de roble de buena
calidad. Ello supuso la desaparición de extensos bosques en todo
el territorio sobre todo, en las comarcas de más fácil acceso.
No mejoró la situación para los bosques en épocas
posteriores, y el consumo de madera siguió aumentando durante el siglo
XIX. En 1923 El Ayuntamiento de Tineo, ante el deterioro y
pérdida de los bosques del concejo, instituye el día del árbol y
decide iniciar un plan de reforestación con especies autóctonas, en
especial castaño y roble.
Hasta la década de 1960, el bosque seguirá siendo
un elemento fundamental en la supervivencia de las familias
campesinas. En una sociedad de autosuficiencia y trueque como era la
rural de posguerra, el bosque proporcionaba todos los elementos
básicos necesarios para la vida diaria: útiles para la cocina (
cubiertos, cuencos, jarras, etc.), aperos de labranza , herramientas,
cestería, leña y materiales de construcción, frutos…...Hasta
éste momento el uso que los labradores hacían del bosque se mantenía
de una forma sostenible y equilibrada, porque cada familia era
consciente de que esquilmar el bosque significaba hipotecar el
futuro de sus hijos.
A final de la década de 1960 y sobre todo en los
inicios de la década siguiente, cuatro factores confluyen y determinan
un cambio radical en el uso que tradicionalmente se había venido
haciendo del bosque.
En primer lugar elemento desencadenante fue el
regreso de los emigrados a Suiza,
Austria, Alemania……. Un porcentaje elevado de ellos utilizaron
sus ahorros en mejorar la vivienda familiar, en construir nuevas
cuadras o modernizar las antiguas, y sobre todo en mecanizar las labores
agrícolas que hasta ese momento se habían realizado MEDIANTE TRACCION
ANIMAL Y/O HUMANA. Probablemente, uno de los mayores cambios
acontecidos en la zona a lo largo de la historia, fue la aparición del “Pascualín”.
Este antecesor de los tractores actuales, permitía a un solo hombre
realizar una labor diaria para la que se hubiesen necesitado el
concurso de varios hombres , yuntas de vacas o bueyes y el apoyo de
mujeres o niños .Además iba acompañado de numerosos aperos mecánicos
que fueron sustituyendo a los tradicionales. Carros, arados, sembradoras
y demás elementos que hasta entonces habían constituido la base de
las técnicas agrícolas se empezaron a almacenar debajo de hórreos y
cobertizos para terminar, en el mejor de los casos, como elemento
decorativo en algún local turístico .
En segundo lugar, la economía familiar mejora
notablemente y permite la compra de objetos , útiles y herramientas
inalcanzables unos pocos años antes. Cristal, loza , goma, los
primeros plásticos, elementos de construcción…,fueron sustituyendo a
los de madera utilizados hasta ese
momento, provocando que en el plazo de una decena de años todos los
materiales que antes proveía el bosque dejaron de utilizarse,
convirtiéndose ese espacio, tan importante antes, en un potencial
económico ( vendiendo la madera ), o inútil salvo para leña de bosque
caducifolio. . En muchos casos la necesidad de más pastizales se
cubrió a base de la roturación de bosque familiar y, en otros, de
grandes extensiones de terrenos comunales
En general, la intervención humana a lo largo de la
historia casi siempre ha desestabilizado ese equilibrio que deben
mantener entre sí las especies que conforman el bosque.
En el momento actual, las talas a” matarasa”, la
deforestación provocada por la necesidad de pastizales, la plantación
masiva de árboles y plantas foráneas, etc., implican una pérdida
constante de masa forestal autóctona, y por consiguiente una continua
disminución de de las especies animales y vegetales que subsisten sólo
en éste tipo de hábitat. Cada ser vivo es un eslabón de la larga
cadena trófica que los humanos rompemos con demasiada frecuencia.
Como ejemplo, cuando sustituimos por eucaliptos
un espacio ocupado durante siglos por bosque autóctono, no sólo
cambiamos los árboles.
Las propias características del eucalipto
provocan rápidamente la desaparición del rico sotobosque y por
consiguiente, la desaparición de los frutos que numerosos arbustos
proporcionaban a mustélidos ,insectos reptiles y pájaros. En la
emigración de éstos animales hacia hábitats más adecuados también los
acompañan sus depredadores, lo que determina que ese espacio antes
ocupado por robles, castaños y abedules, se convierta en un bosque de
eucaliptos absolutamente muerto.
Si examinamos detenidamente todas las
intervenciones humanas en la naturaleza, podemos comprobar hasta que
punto estamos influyendo en la desaparición de especies y la urgente
necesidad de concienciarnos y actuar para evitar, todo lo posible, las
consecuencias que para la naturaleza tienen nuestras actividades . En
éste sentido, conocer las diferentes formas de explotación que durante
siglos hemos estado haciendo los humanos, puede ayudarnos a
encontrar soluciones.
Basándose en ése planteamiento, este museo
pretende dos objetivos. Por un lado explicar el uso del bosque que de
forma equilibrada y sostenible hicieron nuestros antepasados y por
otro, proporcionar una visión más global del bosque, sus
interrelaciones, sus necesidades, viendo cada árbol , cada planta,
cada animal o pájaro como una célula más , con unas características y
funciones imprescindibles para la supervivencia de ese inmenso
organismo que llamamos bosque.
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